Desde los primeros siglos, la Iglesia ha bautizado a los niños considerando que no había que privarles del don divino de la salvación. Y los ha bautizado en la fe de la Iglesia, proclamada por los padres y padrinos, que representan tanto a la Iglesia local como a la comunidad universal.
En el niño bautizado en sus primeras semanas o meses de vida ya existe la virtud infusa de la fe, que ejercitará de manera consciente y libre cuando sea capaz de ello.
Es responsabilidad de toda la comunidad cristiana garantizar ese futuro crecimiento de la fe del niño. Los primeros responsables de este proceso son los padres, con quienes colaboran los padrinos que, por su importante papel, deben ser seriamente escogidos.
Puedes descargarte el Directorio Diocesano Para la Iniciación Cristiana, donde podrás leer todo lo relacionado con el sacramento del bautismo y las directrices a seguir en nuestra diócesis.